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martes, 5 de junio de 2012

Mi musa maldita

¡Por fin!

No aguantaba más, necesitaba sentarme y organizar mi cabeza. Esta semana ha sido completamente alocada, ¿esa rubia de la que os hablé la última vez? Pues no he parado de verla en todos estos días.
Es la directora del centro, y según me ha contado le interesa mucho mi caso, no sé por qué. Ahora mismo me da igual no ser el más cuerdo del mundo si ella es la que va a tratarme. 


¡Menudas... piernas!


Noto cuándo se acerca hacia mi habitación, podría ser su perfume, o tal vez esa melodía que silba siempre al caminar, la misma que llevo tarareando todas las noches antes de dormir y que no logro quitarme de la cabeza. Es pegadiza...


Todos los días de esta semana ha venido a visitarme, eso sí, con sus consiguientes formularios y tests. No podía venir simplemente a hablar sobre como me ha ido el día, si quiero que arreglen cualquier desperfecto de la habitación, si el personal es amable conmigo, o directamente si está cualificado para ejercer su empleo, que también.


Pero aun así, me gusta que venga a visitarme cada mañana, además, parece que es la única que me entiende. Desde que intenté escapar todo el mundo esta de un asqueroso conmigo…
¡Pero si me lo dejaron en bandeja!


Esta semana ha sido un sinvivir, las mañanas eran idílicas con mi diosa particular pero las tardes eran un sufrimiento eterno. Pasaba la tarde en una camilla, rodeado por dos médicos a los que no reconocía, ya que iban tapados por mascarillas. Análisis de sangre, de orina y pruebas de toda clase. Estoy débil, flojo, desanimado… Necesito una cerveza y algo de buena música, la ultima vez que escuché algo de música fue hace mucho, creo que la última vez que ensayé con el grupo.


Los echo de menos, son bu
enos tios, pero algo hijos de puta. Les quiero.


Me olvidaba, he visto a Guillermo, sí, a nuestro Guillermo, el cabrón de Guillermo. ¿Sabéis qué estaba haciendo? 
Intentando quitarme a mi chica el muy cabron. La mira como si la desnudara con los ojos. 


¡Es mía hijo de puta! ¿Te enteras? ¡Te arrancaré la cabeza como intentes algo! 
La acompañaba el martes cuando Lidia, así se llama ella, venía a verme. El cabrón la paró delante de mi puerta, lo escuché todo desde mi cama. Hablaba alto, quería que lo oyera todo y, aún con la puerta cerrada, casi podía ver su asquerosa cara. 


El cabrón la intenta convencer de que no valgo la pena, que soy un caso perdido, una carnaza inservible incapaz de rehabilitarse. ¡Que le jodan! Valgo mas que él y ella lo sabe. Le ha mandado a la mierda, pero con la delicadeza que la caracteriza.


¡Esa es mi chica!


Creo que lo único que me ata a seguir en esta mierda de sitio y no intentar fugarme otra vez o morir en el intento es ella. Solo ella…

sábado, 12 de mayo de 2012

Rozando la libertad


Casi lo consigo, he estado tan cerca...


Esta mañana, a eso de las ocho de la mañana, una mano ha dejado mi desayuno en el suelo de mi habitación, la misma mierda de siempre, un vaso de leche cortada y una rebanada de pan mohoso. Creo que la persona que ha venido a traerme el desayuno no era el capullo de Guillermo, tenía una mano muy diferente e incluso diría que femenina.


Ojalá Guillermo esté con gripe o incluso mejor si está acomodado ya en su cajita, rodeado de flores y enterrado a dos metros bajo el suelo.
De camino al váter y acompañado por uno de los celadores he podido ver la sala donde se reúnen normalmente para hablar de lo asquerosa que es su vida y reírse un poco a costa de los enfermos.
Hace tres dias, en las duchas, pude ver las marcas de Mario, un enfermo de esquizofrénia de la planta de arriba, tenía en el pecho, cintura y muslos la marca de las correas que le atan a la camilla, además de un bonito moratón ya amarillento en el pómulo.


Esos tíos no tienen ni corazón ni respeto y utilizan cualquier excusa para golpear sin motivo a los enfermos y así desahogarse un poco, espero que no me llegue la hora por que creo que no responderé de mis actos.
Al pasar por delante de la puerta las pude ver, un manojo de llaves relucientes, el mismo que vi en la mano del celador el día que ingresé y que abría la verja principal del centro, pero apenas las miré demasiado, no quería que el gorila que andaba detrás de mi se diese de mis miradas curiosas.
Al llegar al váter entré solo, como siempre, el váter era enorme y muy luminoso, tenia cinco pilas con sus respectivos espejos, cinco retretes y unas duchas abiertas donde nos duchábamos por grupos. Oriné y estuve unos segundos viendo el agua caer al tirar de la cadena, me daba una sensación así como de libertad. 


Al salir me miré en el espejo y tenía un aspecto un tanto (bastante) desaliñado, el pelo revuelto, barba de días e incluso de semanas diría, estaba extremadamente delgado. Desde que entré como y ceno bastante mal, incluso hay días que ni lo hago. 


Cuando me iba a encaminar a la salida del baño vi que la puerta estaba entreabierta, no mucho, un haz de luz entraba del pasillo.
Me extrañó bastante, los celadores suelen dejar todas las puertas cerradas menos la de su sala, pienso que la dejan abierta para cuando pasemos nosotros ya que allí tienen su máquina de café, algunos bollos en una cesta, revistas y una televisión, aunque nunca la he visto encendida. Saben que, aunque sea poco lo que allí tienen, el pensar en entrar tranquilamente y prepararnos un café acompañado de un bollo y ver un poco la televisión o ojear una revista nos produce un sentimiento indescriptible.


Me asomé al marco de la puerta y vi al celador entretenido hablando distendido con un guardia de seguridad. No me lo pensé. Aproveché la oportunidad y salí pegado a la pared sin hacer el mínimo ruido. Avancé hasta la esquina del pasillo y la giré, en ese pasillo no había nadie, sólo la sala y sin nadie dentro. Entré sin pensármelo, fui directamente hacia los bollos y cogí un par, me los guarde dentro de los pantalones y me di la vuelta y, allí estaban, esas bonitas llaves que brillaban como si de una luz se trataran. Mi cabeza no lo pensó mucho, se acerco y las cogió, mis piernas echaron a correr hacia la entrada, pero tenía que llevar la precaución de que los celadores estaban paseándose por los pasillos de vez en cuando, así que fui bastante cauteloso.
Llegué a la entrada principal del centro, asomé la cabeza por la esquina del pasillo y vi que en la recepción no había nadie. Pero, ¿qué pasaba? Todo estaba siendo demasiado fácil…


Aún así abrí la puerta con precaución pero no pude evitar que chirriara, aunque ahora ya me daba igual, estaba en el jardín y delante tenia la verja y, detrás de ella, la libertad.
Cuando estaba delante de la verja dispuesto a abrir, noté algo frío y muy duro en la sien que, instantáneamente, hizo que me desplomase de espaldas, mirando al cielo y parte del edificio, la segunda planta para ser exactos. Y allí estaba ella, en la ventana...
Aquella chica mirándome con un pelo tan rubio que deslumbraba mirarla, era preciosa, pero,  ¿qué hacia allí? Jamás la había visto antes, ¿sería mi imaginación?


Antes de desmayarme del todo, giré la cabeza hacia el lado izquierdo, ya sin fuerzas, y allí estaba el guardia de los baños, de su mano colgaba una asquerosa porra, la misma con la que me había abierto la cabeza.
Me he despertado en la habitación con un dolor de cabeza peor que el de las resacas de los domingos por la mañana. Al incorporarme aún quedaba algo de sangre en la almohada, ya reseca, pero aun doliéndome la cabeza, no dejaba de pensar en esa chica.


¿Quién era? 


Y lo peor… ¿Qué hacía allí?

jueves, 3 de mayo de 2012

Aprendiendo a soñar


Es extraño,

Hoy he podido dormir del tirón, más horas de las habituales, y incluso he soñado, pero no lo recuerdo demasiado bien, la verdad…

Hoy me han dejado salir al jardín a dar un paseo, eso sí, con el cabrón de turno pegado al culo. Ese tal Guillermo. No se me ha presentado como tal. Escuché a otro celador llamarlo así mientras iba de camino al váter. No te mira a los ojos, me he fijado, es como si tuviera miedo a que se le pegue algo, simplemente te da la orden cuando se acaba tu tiempo de paseo y te señala la entrada, siempre mirándote por encima del hombro, con ese aire de desprecio que le caracteriza.

Después de varios días en aislamiento preventivo, salir un rato al jardín ha sido lo mejor que me han dejado hacer desde que estoy aquí, salir por la puerta ha sido un suplicio, la diferencia de estar en un sitio lúgubre y sin apenas luz a salir a un jardín lleno de contrastes y a plena luz del día me ha dejado un poco descolocado, al salir por la puerta la explosión de luz ha sido impresionante, me he echado las manos a toda prisa a los ojos, pero aun así no he podido evitar que me estuvieran llorando durante varios minutos.

Treinta minutos no son demasiado, pero para mí han sido más que suficientes, los pocos pajarillos que por allí pasaban no dejaban de canturrear, miles de combinaciones me vienen a la mente con el solo silbido de un pájaro. Resulta irritante al fin y al cabo, no consigo concentrarme en una melodía.

 A la mierda los pájaros, prefiero mi guitarra y puestos a pedir una cerveza bien fría. 


Pero cuando más relajado estaba, el cabrón de Guillermo, con ese asqueroso vozarrón prepotente me ladra que mis treinta minutos han acabado, que debo entrar inmediatamente al recinto…

Puto gilipollas…

No conoce lo que es estar tres días encerrado en una habitación asquerosa con más luz que la de un foco medio fundido.

Creo que esta noche me acostaré antes, me ha gustado la sensación de poder soñar, espero poder recordar algo mañana.

Buenas noches.

domingo, 22 de abril de 2012

Desvelos permanentes

No puedo conciliar el sueño…

Desde que ingresé no he podido pegar ojo y para colmo el de la habitación de al lado sigue dándose cabezazos contra la pared, ojalá que le explote la sesera en una de sus idas y venidas.
Esto es desesperante, encerrado en cuatro paredes aislado del resto del mundo sin más sitios en los que poder entrar que este blog y, lo que es peor, llevo sin probar ni una gota de alcohol desde hace más de dos semanas.


Voy todo el día cabizbajo y medio depresivo, será por esa mierda que me pinchan todas las mañanas.


Pasan las horas y no me entero de nada, todo me importa un carajo, pero llega la hora de dormir y entonces despierto, el efecto de los calmantes pasa y es entonces cuando me doy cuenta de dónde estoy metido, aunque quiera dejar volar mi imaginación y evadirme un poco de la realidad, ahí están, atrapándome las mismas cuatro paredes de siempre, con su color blanquecino mate y su olor a hospital.


Desvelado y sin nada con lo que distraerme, me he puesto a escribir, no quería hacerlo, me sentía ridículo solo de pensar en escribir lo que me pasaba al largo del día, pero creo que estas líneas serán mi única compañía y consuelo durante mucho, mucho tiempo, osea que será mejor que empieze a hacer buenas migas cuánto antes o creo que este sitio me va a volver loco.


¿Qué ironía verdad?


viernes, 13 de abril de 2012

Comunicado


Lamentablemente hemos recibido una noticia poco alentadora, un miembro de la banda ha sufrido un grave brote psicótico.


Vadik, nuestro guitarra solista, ha sido ingresado en el centro psiquiátrico de Cheste con un pronóstico bastante reservado.


Os dejamos el documento que hemos recibido:






La banda no entiende como se a podido llegar a esta situación, pues el comportamiento de Vadik era extraño, pero no como para llegar a este extremo.

Dentro de este drama, hay una noticia buena, y es que Vadik podrá seguir cumpliendo con su labor en el grupo y así poder afrontar esta nueva etapa que se nos presenta. Esperemos siga todo en su sitio y hacia delante.

Vadik estará ingresado en este centro hasta recuperarse completamente, el fin de este blog es que él, desde dentro del centro, nos plasme sus vivencias,ideas,pensamientos, etc… Que exprese su rabia contenida y comparta con nosotros sus sentimientos.

Según los medicos, escribir calma la locura.